Lloró el millonario por mengua inicua de riqueza
Y lloró el miserable por crónico dolor de pobreza.
Dos fuertes emergencias potenciadas al alto signo
Opuestas resonancias tan extremas en el designio.
Uno de los dos quería más dinero a grandes mares
El otro, solo menos hambre a sus cotidianos ruinares.
Aplaudía medio mundo el gol de la mesiánica vanidad
Y el resto proletario crucificaba en ayes terca morbilidad.
Formato perfecto y secular de injusticias planetarias
Que no las re ordena la religión y menos la política
En la ausencia salvacionista de propuestas mandatarias
Alquimia de la gran mentira de la dilapidación ultra mítica.
Quedarán vacías las victorias y las codicias de Mammones.
Y Hubris enviará las Némesis del laurel y el castigo de los dramas
Que vendrán tiempos vindicantes y piadosos desaforando glotones
Concesiones de benignos algoritmos para purificar oscuras las tramas.