Susurré palabras de amor
llegaron a su corazón
llama singular encendió
consumiendo la blanda cera
de una de las cuarenta velas
rociada con tierno perfume
su aroma silvestre impregnó.
Sus besos curbrieron mi cuerpo
y lento se paralizó
despacio mi piel erizó
toda una noche de placer
gozo íntimo hasta enloquecer
cada dulce minuto fue:
bello como un atardecer.