Me abrazaste,
quisiste seducirme una vez más,
envolverme en tus lienzos
con aroma a dolor.
Me tenté a amarte
después de todo,
siempre has sido la única en quedarte,
en aceptarme, en consolarme...
Pero te miré a los ojos
y en ti no había lo que yo buscaba,
no eras digna de mi amor propio
ya no te veo como antes, no te esperaba...
En tus ojos había hambre,
hambre de mis desesperanzas.
Y en tu sonrisa fluía lava
ardiente y devoradora con sed de mis lágrimas...
En ti, que eras refugio de mi soledad
encontré una amenaza,
una alerta de peligro
sedienta de venganza...
Venganza porque un día me fui de ti
creyéndome vencedora...
Huyendo de la ansiedad, el pánico
y una depresión agotadora...
Pero hoy ya no soy la de ayer
ya no te veo acogedora...
Aunque una vez más vuelva a caer,
al ver la luz del día...sé que una vez más, te volví a vencer...