Me encontraba en mi propio mundo,
aferrándome a ti mientras pensaba que tenía el control,
que torpe fue mi pensamiento,
al divagar por tu mirada me encontré conmigo misma en un intento de comprenderte,
pero al hacer eso me resulto muy extraño entenderme a mi misma,
fuimos una sola alma sin saberlo,
con cada golpe de la vida nuestra mirada se hacia más intensa y cargada de amor, odio,
resignación, pasión y una gota de esperanza, la cual recorría mi alma cada ves que te divisaba en la penumbra.
Tanto tiempo que compartimos sin pensar,
solo nos empeñamos en soñar y no en actuar,
ahora que sé que perdimos el tiempo sin saber,
pensando que estarías a mi lado toda una vida.
¡Vaya! sorpresa que me encontré,
esta me perturbo hasta el ultimo pensamiento de mi ser.
Mi alma no quiso escucharlo, no quiso saberlo,
entonces esta se despidió de mi, dejó todo el dolor corriendo por los ríos de vida de todo mi cuerpo, que después se convertirían en tallos de rosas y cada espina se aseguraría de que no me olvide del sufrimiento de cual mi alma huyo espantada ante semejante tormenta de confusión….
Tú te habías ido alejado con la lluvia hasta un bosque que jamás encontraré.