Hoy está lloviendo y me viene aquel recuerdo,
de aquellas tardes que pasaste junto a mí,
a veces delirando y otras que no me acuerdo,
pero siempre me decías, no puedo vivir sin ti.
Yo solo te pedía que tú tengas conciencia,
porque mi amor era muy puro y verdadero,
pero en mi soledad se agotaba la paciencia,
porque toda la vida siempre tú eras primero.
Pero a veces todo lo ofrecido no se llega a cumplir,
te crecieron las alas y te fuiste en vuelo con el viento,
surcando nuevos mares buscando un nuevo vivir,
y muy solo me he quedado aquí con mi remordimiento.
Ha pasado mucho tiempo y yo sin tu presencia,
pues mis brazos te buscaban en cada anochecer,
ahora mis ojos te lloraban recordando tu existencia,
pues muy lejos estás viviendo otro atardecer.
Por eso al recordarte hoy mis ojos se nublaron,
mi lecho está vacío y viviendo estoy en soledad
con mi eterna compañera y mis labios se secaron
la noche pronto ha llegado a cubrir mi fatalidad.
Pronuncio hoy tu nombre y se lo lleva el viento,
el eco del silencio me dice que tú no regresarás,
quisiera yo arrancarte de mí noble pensamiento,
pero a veces me detengo creyendo que volverás.