¡ Qué difícil despedirte
cuando ya rondas el siglo,
con lo bien que lo has pasado,
con lo mucho que has vivido. !
¡Qué difícil consolarte
con los días que has reído,
con los mundos que viajaste
y las gentes que has querido. !
Siempre viviendo momentos
con familias con amigos,
como si aquello era eterno
o tus tiempos infinitos…
¿Cómo pensar que un reloj
detuviera tu camino,
cuando tu senda era eterna
sin saber que era tu sino?
¿ Cómo decirte palabras
que pierden ahora sentido,
que no consuelan a nadie,
que riñen a tu destino ?