Brilla alegre la estrellita
que ilumina mi presente
que destella refulgente
tan hermosa, tan bonita.
Tierna, suave, pequeñita,
de cabello terciopelo,
dando va siempre consuelo
regalando su sonrisa,
dulce y fresca como brisa
cuando baja desde el cielo.
Cuando baja desde el cielo
es cual lluvia que refresca
de manera gigantesca
con sabor a caramelo.
Y tocando un violoncelo
yo le canto emocionado,
a la niña que ha brillado
como estrella luminosa,
con aroma de una rosa
¡Qué me tiene anonadado!
¡Qué me tiene anonadado!
Es muy cierto, no lo niego;
e invitándome a su juego,
ella mi alma se ha robado.
Con sus manos me ha mimado
enredándome en su pelo,
como alondra que en su vuelo
va cantando libre al viento;
y en su canto, de contento,
yo me gozo, ¡Soy su abuelo!
Yo me gozo, ¡Soy su abuelo!
y cumpliendo está tres años
va subiendo más peldaños
aumentando nuestro anhelo.
Y escuchando aquel riachuelo
que fluyendo de la fuente
se desliza suavemente
refrescándonos la vida
¡Ah mi nieta más querida,
eres tú nueva simiente!