Al ver esos ojos
azules con sal,
la luna me dijo
por donde mirar.
Siguiendo a la luna
pude comprobar
que el sol se recuesta
en el fondo del mar.
Mirando esos ojos
azules de mar
se ve cristalina
la profundidad.
Descubrí al lucero
en su despertar
mirando esos ojos
con sol y con sal.