RUTINA
Me encandila la luz si a la cortina
la deslizo sin fuerza en la mañana,
o la ducha que sigue me domina
porque el agua se lleva la solana.
No consigo salir de la rutina,
del café o quizás una manzana,
del reloj cuando apunta con su espina
mientras todo se queda en la ventana.
Así pasan los días, los veranos,
y las aves se vuelan de las manos
sin poder descubrir cuál es su nido.
Y en la calma gozando la quincena
las miradas se encuentran con la pena
de saber que ese tiempo ya se ha ido.