Si aún te equivocaras
comprenderías que el viento
sopla a tu favor y
que cada error
es un deshonor.
Y que aquella dama que
rogaba por migajas
de tu desamor
desaparecía
entre bellas melodías.
Si aún te equivocaras
la llama desaparecería
y el fuego se esfumaría
todo sentimiento
que por ti sentía...