Madre querida
Dios te bendiga,
hoy con frenesí
festejamos
tu inmortalidad
de dicha y felicidad.
Gesta de la libertad,
y epopeya de la paz,
la estrella del hogar,
que ilumina derroteros,
avivados con denuedo
por tu equipo, el de tu lar,
dispuesto a conmemorar,
tu inapelable eternidad
Con tu fe
escalas el cielo,
volando surcos de amor
con las alas de Dios.