Elizabeth Maldonado Manzanero

TIEMPO

Frotó las hojas del tiempo endurecido,

espejo movible en mis carnes

corona de la noche milagro

¡Qué rápido se nos van las horas del día!

Procrear, segregar, esperar,

lavar las culpas y los desengaños

digerir, reverberar entre risas,

querer, degustar, temperar

la vorágine que degustamos cada día

buscar, fluir, cavilar y esperar

con ardor y desesperanza el mediodía.

Sin percibir el latido del corazón al ritmo de reloj

nos mira el anciano desde el fondo del niño,

cuanta finitud de la arcilla y el aliento.

¡Oh colibrí!  Al amanecer vuela alto

y liba los néctares más exquisitos…

recuerda que venimos

recubiertos de madera que amortaja,

con la mirada puesta sobre la nada.

con la mente saturada de fantasmas

y el respirar de la boca que nos ahoga con el beso.