TAN SOLO UN INSTANTE
Mira atrás pero no olvides,
que el presente es el camino,
no hay destino, es un instante,
del momento que vivimos.
Sigue manando la fuente,
sigue de la vida el ciclo,
que nace crece y fenece,
al ritmo de sus latidos.
Campos secos y baldíos,
sueños rotos que se fueron,
y vidas que se perdieron,
entre el follaje del tiempo.
La noche sucede al día,
y las dos buscan la vida,
atrapada entre dos hitos,
luz y sombra, noche y día.
Suena el murmullo del roce,
de las hojas en la brisa,
y el cantar del manantial,
los trinos del ruiseñor,
que enriquecen el sonido,
que adornan el estertor,
del ruido que nos envuelve,
al ritmo de nuestro andar.
El sendero es escabroso,
y es muy alta la montaña,
aún siendo el camino angosto,
no se detiene la andada,
caminar despeja el alma,
de la tupida hojarasca,
que impide ver lo ya andado.
Aunque es estrecha la senda,
la mirada abarca todo.
Mira atrás, al frente el rostro,
que el instante es como un soplo,
de cada paso que das,
y en la vida así se escribe,
de la existencia el andar,
el fondo que sobrevive,
a azotes y a terremotos,
y a todo el amor resiste.
Brota de la tierra el tallo,
de donde emerge la flor,
que al mirarse en su esplendor,
queda hechizada la vida.
Siempre canta el ruiseñor,
como siempre sale el Sol,
por la lejana colina,
para mirarnos sin prisa.
La vida es un corazón,
que late, se pausa y grita.
Angel L. Perez ®
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15/08/2021