Gozando de la lluvia refrescante,
a salvo del calor con el que aprieta
este verano extremo y sofocante
un poco más al sur, en la meseta,
estamos en Bilbao, ¡qué bendición!
capricho de los dioses, que han buscado
librar al Botxo de esa radiación
que tanta piel al sur ha chamuscado.
Aquí el verano ya no es estación
en un simple apeadero se ha quedado,
el sol para un momento, en transición.
En belleza, las normas han cambiado:
la piel clara es señal de distinción
y ya no está de moda el bronceado.
© Xabier Abando, 15/08/2021