Hace un tiempo
nuestras manos se enlazaban,
hoy nuestros dedos
se aferran.
Hace un tiempo
las rosas crecían,
hoy sus flores nos inundan.
Hace un tiempo
sembramos amor,
hoy no sabemos,
cuanto ha crecido
pero
nos apoderamos del tiempo.
Nuestras manos, nuestro tiempo.
Nuestro amor, la medida
del jardín.
Hoy no sabemos cuántas rosas,
pero aprendimos amar…
aprendimos que en el amor
la profundidad
se relaciona con la amplitud.