Se precisan Vidas
desestimando los porcentajes
los oráculos fraudulentos
y las miasmas con fantasmas
insomnes e insolentes
del tesoro público. Es más bien,
la cordura, la que reclama
esta parte de locura, es la sensatez
la que pone de relieve
que es necesario un cierto
grado de delirio.
Mas aprovechemos todos
este rato, para no echarnos sólo
lirios o flores, sino también
para cantarnos, al tiempo, nuestras
verdades, pecho a pecho, susurro a susurro,
voz a voz! ©