Alberto Escobar

Una tecnologĂ­a...

 

La Metaforología
de Blumenberg.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dicen que la lengua que cada quisqui habla es una tecnología.
Dicen que es un simple código para entendernos, o desentendernos
—vete a saber—, y no tanto una despensa donde se han ido hacinando
cual cacharros viejos todos los brochazos que los vaivenes del tiempo
han ido desperdigando sobre diestro y siniestro; que si la lista de reyes
godos, que si Witiza y Don Rodrigo, que si los Reyes Catódicos —quiero
decir católicos, y todo ese tostón que mal llamado se le ha denotado
como Historia y que yo lo connotaría como desánimo escolar hacia ella.
Dicen los más racionalistas eso, y los más posmodernos dicen que es
un sumidero, que al ser propiedad privada podemos hacer cuanto nos
apetezca porque no hay ley que lo prohiba, ni ley natural ni positiva. 
Blumenberg dice que debajo de los dichos se encierra un tesoro puro,
sin tacha ni mancilla ideológica, y que eso —apostillo— es prueba de
que tras la lengua que maltratamos no solo hay sujetos y predicados,
complementos, adjetivos..., sino que hay alma, el alma de los que nos
dejaron, de aquellos que hablaron antes y mejor que nosotros, de quien
trató la lengua como a un ser querido, acariciándola con los labios y 
guardándola después de usarla bajo un paño en oro, para que descanse. 
Ahora, en la era del todo vale y nada existe ni es, campa el salvajismo
a su sabor y como nuestro Cid por los campos de Castilla van algunos
iletrados esquilmando cual tierra quemada la cosecha de tantos siglos. 
Me presto voluntario para superar esta numancia despiadada e reiniciar
el pc en un conato de borrón y cuenta nueva. 
¡Ahí os lo dejo!!