Un amor infinito, se expande en infinitos universos,
con inmensidad de amantes cuánticos,
con simetrías que atraen a los inversos,
y partículas diminutas de corazones románticos.
Partículas entrelazadas, a millones de años luz,
amores idénticos que se miran en dos espejos,
desamores gemelos donde la tristeza es un alud,
de lágrimas compartidas, a la vez, desde muy lejos.
Amor y odio, dos sentimientos contrapuestos,
que se superponen y coexisten,
amando, odiando, o ambos al mismo tiempo,
dualidades emocionales que también existen.
José Antonio Artés