I
De hinojos agradezco la ventura
que siento por tu oasis de ternura.
Un día inesperado tu presencia
llenó mi corazón con su alba esencia,
regalo de una eterna trascendencia
que luce su intachable procedencia.
La vida rebosante de esperanza
me entrega con ahínco tu enseñanza.
Pensares de grandiosa tesitura,
mujer con un dechado de sapiencia
que actúa sin ninguna desconfianza.
II
Soy hombre bendecido con ventura,
regado por la fuente de ternura.
Disfruto cada instante tu presencia
que está purificada con esencia
de célica y perfecta trascendencia
que tiene una brillante procedencia.
Mantengo mi mirada de esperanza,
asido a tus atisbos de enseñanza.
Tu voz de melodiosa tesitura
demuestra de los cultos, la sapiencia,
razón que no provoca desconfianza.