En el espectáculo de esos ojos
Se han visto levedades condescendientes
Se han hechizado los harapos
Que imbricaron sombras a contra corriente.
Se han arado sueños inmaculados
En la tierra supurada de sangre urgente.
Y te he comprendido magullado
Desastroso en la catástrofe incipiente.
He abordado tu arte adoquinada
Sobre unas pupilas de serpiente
Que se escurren en los anales otorgados.
Para un alma que siente.
Autodidacta en su espejo de narciso hirviente
No es la única que sufre, no es la última que miente.
En la albúmina de plata
Que interrumpe tus palabras insolentes
Hay esa alma tan niña, que en tus labios se mece.
Y quisiera con los míos arroparlos
Como quien en lo profundo, te entiende.
En la esdrújula fuente que de tus súplicas emana
Hay esa esperanza que deja verse
Como espejismo idéntico a tu alma.
Y por tus ojos escurre un adagio
Que por todo ello habla
Como quien ya no puede expresar lo que siente.