Todos los días recogemos
los recuerdos que vamos construyendo.
Con ellos siempre abriremos
nuevos rumbos que iremos conociendo.
Serán momentos fiables,
algunos alegres y otros desagradables,
pero de seguro todos educables
para crear corazas inquebrantables.
De ellos aprenderemos,
saltaremos, correremos y nos sentaremos
para disfrutar y comprender lo que cosechemos,
y deleitarnos en lo que haremos.