Esteban Mario Couceyro

El sol.

Juana

toma el sol

en su cara feliz

se nota el amor

de dos manos cálidas

que la acarician

diciéndole palabras

dulces

como aquellos

que de niña se disolvían en su boca.

 

Juana

allí sentada

ajena a todo

solo está al sol tibio

dejando enamorarse

por esas manos

en su rostro

en la tibieza del pecho joven

en esas ganas de volar

de tomar las manos

con las suyas

de abrir los ojos

y verlo a él

ausente por que se fue lejos

y prometió el regreso

para amarla

como dijo que haría.

Juana

está sentada

y el sol

la está enamorando.

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