Soñada orilla del mar
donde se duermen las olas
donde arena y caracolas
refulgen como diamantes.
Es mágico el breve instante
que se ensombrecen las aguas
el sol besa el horizonte
y se funde en llamaradas.
Océano que jadea como gigante cansado
salitre en su frente inmensa
espuma en sus pies cansados
voz que arrulla los recuerdos de eternos enamorados.
Arena y mar que se estrechan
en encuentro tan deseado
ola que golpea la roca en castigo apasionado
reclamo de una caricia que naufragó en el pasado.
Llega la baja marea y el tiempo queda varado
cual fabuloso galeón con sus tesoros guardados
versos que ha grabado el alma sobre el camino dorado
atardecer del olvido, donde el amor se ha marchado.