Entre los años nos volvemos amigos y amantes,
labramos las emociones que nos socorren.
Volvemos a nuestras emociones
en las reacciones que se convierten en regímenes.
Reaccionamos a las necesidades
ante las realidades de dos.
Nos volvemos examen,
obrando en espacios,
duplicando el orden
entre amor y kerosén.
Lucen los años como veranos,
como veranos que arden
ostentando recuerdos
regidos por tren.
Atravezamos entradas de emociones;
Zaguanes que nos llevaron al amarnos.
Ósmosis encontramos,
nido de nuestro Edén.