El odio se alimenta de todo,
de los amaneceres con vida,
de hombres, mujeres y niños,
de los sueños normales ,
de los ideales más sanos,
de las esperanzadoras auroras
y de los resignados atardeceres .
El odio es la eterna escuela
de doctrinas curvas, de esquiva semilla
de seguro y lento fruto,
que siempre reparte ideas
vestidas en armas de engaño,
ocultas en negros fardos.
El odio triunfa en su horrible caos…
El odio se alimenta del odio,
pero también de los ojos tristes
bajo las telas que cubren ojos,
que apagan risas y cercenan sueños.
El odio crea su escuela de los terrores
en aulas cerradas , de ventanas muertas…
El odio bebe de vidas de futuro incierto…