Me rio cuando me miras,
me rio cuando me hablas,
tú sabes por qué me rio,
tú sabes por qué me guiñas,
tú sabes por qué te callas.
Tu sonrisa es la lluvia
que al caer en las raíces del árbol
alimenta la planta.
No pasa un día sin que
tu imagen vea
apenas se comienza la mañana,
y me despierto poniendo
en mis labios tu nombre
y en mi pecho tu alma.
Te quiero porque te ríes,
te miro porque me miras,
te temo cuando me guiñas.
J.C.