Mientras en sus ojos un demente se figura,
nadie sabe lo que pasa por su pensamiento,
si sufre de un eterno, dolor y de amargura
o si vive de un eterno, dulce sentimiento.
El poeta loco, mis colegas me llaman,
por hacerme ver así en mis poemas,
pero así muchos admiradores me aclaman
como un buen poeta en mis temas.
Y llorando también riendo \"que locura!
como la caída de los ojos de una bella,
esta poesía tan llena de amargura
es un pedazo grande del alma de ella.
Y al probar de esa gota ensangrentada,
que dejó amargo y dulce mi poema,
sintió mi alma en su entraña desgarrada
brillar tan a fondo mi poesía suprema.