Reflejada en la pequeña charca
deformada por el beso
emergente del sapo
huye entre las ondas del croar
refugiándose en la oscuridad.
Noche fría
de aire quieto
con un silencio voraz
la Luna brilla
una vez más
entre pequeñas estrellas
temblorosas
por que las pueda alcanzar.
Pero de solo ella
me puedo enamorar
tan cercana
que mis brazos
casi la pueden acariciar.
Luna de intenso blanco
déjate posar
en mi lecho de mar
que entre las olas
te he de acunar.
Luna ya pequeña
entrégame tu amor
en la madrugada del albor.