te quiero
cómo faltas en presencia del frío
para desmontar el plató
de la luna
para sonrojar la mejilla del sol
con tu tibia blancura… matutino después
de amarnos abiertamente
sin amainar
la tibieza no es un lujo
nacida de la pujanza de aprisionarnos
con estos brazos que ya no tenían propósito
vigilaré
cada suspiro que quiera abandonar
tu boca
y le impediré
con mis besos si alguno quisiera escaparse
de tu boca y de mí