El viento norte,
arrastra la hojarasca,
como los días,
se enlazan a tu cuerpo.
Enciendes la fogata,
desde la caverna,
desde el nacimiento,
chispas de calor
se meten en tu piel.
Hay chispas de frio,
dejan huellas,
en tu alma,
cuando los días pasan…
En el remolino,
de chispas de calor y frio.
Con el tiempo,
el sabor es distinto,
la mirada es distinta.
La vida, quizás,
una combinación
de chispas…como el amor…
una fogata a la intemperie,
fuego y nieve.