NAVEGANDO EN LOS SUEÑOS
En el umbral del amor,
se quedó atrapado el sueño,
vestido de bellas ropas,
en fantasías envuelto,
esperando tembloroso,
a que la puerta se abriera,
y absorto en su duermevela,
vio por fin el interior.
Sueño, que a veces, no llega,
sueño, que a soñar se niega,
sueño, que soñando lleva,
alegrías y tragedias.
Soñar pensando en amar,
pensar que soñando amaba,
que en el sueño todo acaba,
que el sueño es solo empezar.
Cansado andaba el viajero,
pero con paso ligero,
en cada paso soñaba,
y en cada huella dejaba,
un pedazo de sus sueños,
y al pensar que caminaba,
iba recordando sueños,
de recuerdos que pasaban,
al ritmo de sus alientos.
Y así, la vida pasaba,
en el umbral del latido,
cada golpe, que en el pecho,
el corazón propinaba,
claro oscuro, como el alma,
donde el amor hace hueco,
donde tropieza el andante,
en cada paso fallido.
Mira el timonel al norte,
al horizonte que huye,
mientras corta el aire el rostro,
mientras se acercan los sueños,
presos los ojos de riesgo,
enjuta la faz, absorto,
entre los sueños amores,
mientras navega el velero.
Amor, que vive en los huecos,
en el aire, entre los huesos,
en la música que ahuyenta,
el polvo de los senderos,
en la sangre que palpita,
en el corazón que grita,
en la piel y en el aliento.
Angel L. Perez ®
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21/08/2021