Las calles frías, cenagoso el cielo
Las hojas secas, putrefactas ya,
y el llanto eterno del rumor del viento
que entona un réquiem ¿Para quién será?
Tras los cristales
fríos y empañados
de mi ventana,
gris atardecer,
voy recordando
primaveras tibias,
viejos amores
que apagó el ayer.
Hace ya tiempo
que con mano herida
de un solo tajo
me arranqué el dolor,
una tras otra
las furtivas flechas
que por la espalda
me clavó tu amor.
Hoy ya no duelen
las heridas viejas
no duele nada
nada siento ya.
Solo un vacío
y un silencio helado
llenan mi alma
de quietud mortal
Las calles frías, cenagoso el cielo
las hojas secas, putrefactas ya,
y el llanto eterno del rumor del viento
que entona un réquiem ¿Para quién será?