Lloramos cuando sufrimos
reímos cuando gozamos;
y así, la vida llevamos,
y así, la vida vivimos.
Algunas veces gruñimos
los pesares de la vida
que si bien, tienen salida,
la angustia luego carcome
y el dolor, hace que asome,
como daga entrometida.
En los ojos brota el llanto
y en los labios la sonrisa;
y la risa, es la premisa,
para soportar quebranto.
Si el sufrir te duele tanto
ya vendrán días mejores
con aromas de las flores
porque nada es permanente
bebe el agua de la fuente
donde brotan los amores.
Nunca pierdas la esperanza
ni la fuerza que te empuja
cuando el alma se te estruja
totalmente o con varianza.
Prime siempre la confianza
aunque estés sufriendo apuro
que quizá, lo más seguro,
vendrá un nuevo amanecer.
Nunca, nunca hay que perder
la mirada hacia el futuro.