VITRALES DEL ALMA

MI GATA DE LAS ESTRELLAS

 

 

 

La luz es luz,  y la sombra es solo eso, una  sombra.

 

Y luego, clavó sus filosas uñas en la estela de sus sueños, navegando por las arenas movedizas de sus locas esperanzas. Es sábado, y un sol abrasador cubre la esfera del orbe, la gente corre de un lugar a otro. Y el corazón gime, calla y sonríe. ¡Qué loco es! Me zarandea como quiere y puede.

 

Mientras… Mi gata fija su mirada soñolienta más allá de las estrellas.  Un aire fresco agita las cortinas ¿Qué mira? ¿Qué piensa?  ¡No lo sé!  Largos segundos escaparon  entre mis dedos,  y ella, con la mirada en el firmamento.

 

Se acerca el fin del día,  y versos  y  letras sacuden  mis angustias. Pálido e impasible se agita mi pecho y un manto de aleluyas baja del cielo.

 

¡Es la noche, fuego y arcilla!

¡Mano tendida; veneración divina!

 

 

Una gota de rocío se desliza silenciosa. No es su hora, pero está ahí, como el viento que agita mi túnica, como ese aliento que pasa por la garganta. 

 

Un instante, y la bóveda celeste engulle los sonidos y un silencio sepulcral se hace evidente. Lo prefiero así, que ajando mis labios, que  chorreando  sangre, dolor y llanto.

 

He viajado en el tiempo y la palabra se hizo vida y encadenó mis sentimientos. Y mi gatita ahí,  con sus hermosos ojos verdes,  su lindo  pelaje y sus pupilas clavadas en las estrellas.

 

Luz Marina Méndez Carrillo/21082021/ Derechos de autor reservados

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