Cuando cierro los ojos,
siento que mis manos,
se convierten en mi mirada,
en escalofríos lozanos,
si acaricio a la persona amada,
Cuando cierro los ojos,
las alas de mi inspiración crecen,
y vuelan, y vuelan, sin fin,
pensativo, los versos florecen,
como si nacieran dentro de mí.
Cuando cierro los ojos,
y veo imágenes horrorosas,
fruto de mi reciente enojo,
es mi imaginación fabulosa,
quien las encarcela, con cerrojo.
Cuando cierro los ojos,
toco a la puerta del sueño,
que me espera con paciencia,
en un lugar tan hogareño,
que relaja mi conciencia.
José Antonio Artés