de mi mirada
el color vive en lo lejano
tú anocheces… mutas
con silencio de vestigio
y no quedan flores pendientes para ti
un día regresaron los latidos
por tu corazón solamente
nada más
hoy oxidado yace ese acopio
de estuarios fugaces
tumbas vacías al óleo
hogar
que empieza y acaba en el portón
hoy amo
como evangelio temprano
como airón
regresando a su paraje tupido
donde habita el presente
de ataduras irrompibles…
sin ti soy
la pira que ahuyenta los enjambres
de pesares y entibia como beso
cada crepúsculo glacial