La niebla flota sobre la montaña
Cubriendo al árbol de un canto de esperanza
La nube llega a nuestros cuerpos, dormida
Melancólica, con su velo blanco y virginal
El frío resbala por tu sien
Tu rostro concibe una sonrisa
Tímida mi mano se acerca a tu mejilla,
Para entibiar tu piel como mi caricia
Dulce encanto del alma, entre nieblas y montaña
Misterioso nimbo tras tu rostro, nacido de la bruma
El río gime en su cauce virginal, procreando el mar
Desgarrando sonidos, con el roce del agua entre las piedras
La mirada que se pierde en el verde irresistible de las cumbres
Colibríes de vuelo libre que de la flor se nutren
Mariposas que entre brumas agitan los vientos
Y mi mirada absorta contemplándote entre garúas
Cuando las gotas de lluvia descansen en tu piel
Y tímidos mis labios se humecten en tu frente
Y el sonido dulce y melancólico del viento entre los árboles
Inunde los sentidos, mi mano se acercará a tu hombro
Y unidos en un latido suspiramos de amor
Entre la niebla y el río