Es hora de despertar,
la mañana no espera.
Trae consigo una tormenta,
aún así la vida, se despierta.
No importa si es azul,
marrón o negra,
lo que importa es
que el día se despliega
y para desplegar
no necesitas saber
nada, solo sorpresas
son las que llegan.
Empiezas a caminar
tranquila y serena,
aunque sin duda
no podrás detenerte,
porque si lo haces,
la lluvia mojará
cada una de tus partes.
Por eso reprendes
rutas nuevas con tus pasos,
aún sintiendo el sin sentido.
!No pares querida!
Los gansos te persiguen
por la arboleda,
y la tormenta pretende
empaparte con su fina lluvia,
así que continúa el camino
que el destino te mostrará.
Galilea R