Dura ha sido la batalla,
muy espinoso el sendero,
pero confío en que puedo
darle un vehículo a mi alma;
no perderé la esperanza,
he soportado el infierno,
y para alcanzar el cielo
todo aguantaré sin lágrimas;
ya llegarán esos días
en puede otra vez seguir
con, ya curada, mi herida;
sólo te buscaré a ti,
Dulce Tierra Prometida,
para poder ser feliz...