Y esos espejismos de ciudades
muy bien construidas en los años
de 2469 y 2671
la gente ya se había percatado de las drogas y sus demonios
del sufrimiento del prójimo y la inútil mendicidad
de la inutilidad de las guerras sofisticadas
el año 2469
pude ver entre una polvareda en mi ciudad a varios animales salvajes raquíticos
enjaulados, deseando morder a alguien
luego doblé por un parque y observé como una caravana se acercaba a mi
y observé un bote de una hermosa madera tallada y un símbolo incaico o ancestral
adornando el parque,
salté un pequeño canalillo de agua
y llegué a un banco
un banco que ya no estafaba gente
que no usurpaba los recursos
ni estrujaba los sueños