A veces miras,
buscando en la distancia,
la juventud.
Y no la encuentras,
sumido en tu presente,
más que en los sueños.
A veces tratas
de hallar la línea recta
entre la niebla.
Y ves la bruma
llegando hasta tu lado,
que te acaricia.
A veces sientes
la daga en el costado,
pero es el viento.
Notas la sangre
que escapa de tu alma,
pero es la brisa.
A veces cantas
y el labio tararea
sin darte cuenta.
Pero es el canto,
silente de las olas
y las sirenas.
A veces vives,
y el tiempo se te escurre
y no te enteras.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/02/21