Padre
La serenidad y dureza de su carácter ha forjado hombre de bien.
Usted nuestra guía, y fuerza, nuestro viejo pero apreciado tren.
Eres el ave que se consume en fuego, para después resurgir de sus cenizas
Así como el sol que muere por la noche y lo miramos alegre por las mañanas
Iluminas el camino desconocido, muestras el paisaje,
Nos dejas lecciones y aprendizajes.
-Eres ajedrez en vida, mueves tus piezas con sabiduría y así día tras día
Unos días eres rey y otros te convierte en peón
Eres ágil como el caballo, largo y alto como el alfil y la torre.
En este mundo donde reina el poder y la codicia, tú das amor y apagas la malicia
Padre.