RECUERDO
La luna se asomaba curiosa entre el abeto
en esa noche clara repleta de colores,
los juncos del paisaje sentían los temblores
que amantes encendidos ponían en aprieto.
El río allí pasaba bramando a toda prisa,
borracho de alegría, ya que con su diamante
mojaba nuestros pies con hilo penetrante
sintiendo aquel calor, su mágica sonrisa.
El fuego entre los dos destellos emanaba
quemando la razón, creando un fuerte muro
que no dejaba ver, sino al tiempo inseguro
de abrir esa cortina que al pecho nos rozaba.
Fue dulce maravilla, recuerdo de un pasado
brillando desde el cielo… la luna lo ha robado.