Corren todavía por el parque
no rinden tributo a la usura
siguen corriendo por el aire
son libres y salvajes, como ánades.
Son fuertes y valientes, aman
las noches en que brisa y viento
besan sus bocas, dos rosas que enlazan
sus labios en las tardes frías.
Almas, desde la niñez, gemelas,
a la deriva, impulsándose por estímulos
varios, desprenden el aroma
de lo hecho trizas demasiado pronto.
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