“Gracias por la confianza”, fue lo que te dije,
minutos después de escuchar tu revelación,
mientras respiraba pequeño dolor en el aire,
mientras sentía mil alfileres en mi corazón.
Emociones que hacía mucho tiempo no tenía,
ese dolor de hastío, de tristeza, de desilusión,
nunca pensé que esa sensación rara volvería ,
hubiera preferido nunca escuchar eso de tu voz.
En este momento tengo que mostrar mi estoicismo,
y hacerte creer que la noticia ni siquiera me turbó,
ahora tu imagen cercana para mi es un espejismo,
con lo que me dijiste algo tuyo dentro de mi se murió.
Sin embargo, estoy siendo sumamente injusto,
porque nunca me prometiste de ti nada, ¡nada!,
ni yo ser sólo de ti, ni tu ser sólo mi mundo,
por lo que en tus acciones no existe ninguna falta.
Sí existen errores o traiciones, son de mi parte,
porque no supe mantenerme al margén de tu vida,
porque estando prohibido, comencé a amarte,
y ahora facilmente te achaco a ti esta herida.
Pero es mi problema, por imaginarme contigo
cuando claramente es algo para mi imposible,
por querer estar cerca de ti, me hice tu amigo,
pero no acepte este escenario tan previsible.
Ahora formas parte de mis recuerdos dolorosos,
que están en ese valle lejano y gris de mi corazón,
dejas la parte de mis recuerdos lindos y luminosos,
y tu nombre, figura, y calor, salen de mi imaginación.
De ti, sólo me quedo con aquellos tres únicos besos,
que más que con los labios, con el alma te los dí,
serán el recuerdo de aquellos turbulentos tiempos,
en que de un momento a otro simplemente te perdí…
Por última vez, agradezco tu infinita confianza,
para contarme esas cosas que tanto disfrutaste,
deseo que no se acabe tan pronto tu esperanza,
enhorabuena que a alguien bueno encontraste
De mi, ni te preocupes, pues no me hiciste daño,
y me dejas una cruel, dolorosa y gran enseñanza,
que culmina con un honesto y mutuo desengaño,
y aunque no lo parezca, “Gracias por la confianza”
Agosto 2021