Se puede…
Se necesita un colmillo de vampiro inspirado
para machacarlo y conseguir la pócima
del no-vivo;
se puede (me lo juraron) comer el atrio
donde reposa el juez de los seres humanos
y rechazar el dedal de la bruja que pereció
por motivos de magia mal realizada.
Se necesita un buen promotor
y una disculpa de hijo pródigo
para adquirir lo que nunca tuvimos.
Necesito un cáncer que se cure enseguida
para exclamarle al mundo:
¡Soy hijo de un millón de mordiscos!