Mis ojos se mantienen arrastrando tiempo
con una pesada carga de abismo y este maldito,
bendito suplicio del aire que prorroga mi existencia
acecho ansioso el velo frío y negro que recubra
mi faz por completo con las losas del olvido y el concreto
aun no me resigno de este agotador descenso.
cuánto silencio se experimenta en la oscuridad
sin más fuego que carcoma los adentros.
Cuánta pena dejamos atrás cuando nos despedimos
brevemente del sueño de la vida.
Curioso esperar la vida, viviendo la muerte
espero ese vuelo fecundo de los buitres
fermentando la vida sobre mi cuerpo
en mis ojos nebulosos sin fuerza de pasado.