Cayó hecho trizas
A tierra el meteoro
Con levedad de brisas
Dejándome un “Te adoro”.
Cayó tan cálido
El cósmico meteoro
Que su rostro pálido
Perdió el rasgo del toro.
Cayó a todo galope
Mi vagabundo meteoro
Y el polvo del trote
No fue lobuno ni moro.
Mineral y pétreo peregrino
Del tiempo inmemorial
Rondando infinito camino
Aterrizó en su galaxia sideral.
Viaje extremo por las estrellas
Rutas de la mónada universal
Que ya iremos lelos por ellas:
Apocalipsis, ignoto choque casual.
Albert Einstein no sabe aún
Si Dios arquitecto juega a los dados,
Tampoco allá por Dakar en Camerún
Previendo agnósticos los resultados.
Siguen activas las grandes preguntas
Y la insignia de la mayor interrogante
Que ni los sabios más sabios en juntas
Avizoran el divino misterio cautivante.