Tal vez fue la pintura de tus labios,
o el rubor de tus mejillas, que me pudo.
Tal vez, fue la escultura de tu cuerpo,
o el amor que tu mirada me propuso.
Tal vez fue solo un grito contenido,
o esquirlas del corazón con el que juro.
Tal vez, fue ese sabor que no he probado,
o aquel futuro, que pensaba sin apuro.
Tal vez, fue la brutal adolescencia,
o lo simple, de ser feliz sin explicarlo.
Tal vez, fuiste un regalo inesperado,
o un sueño, al que no paro de soñarlo.
Tal vez, fue esa canción que se hizo nuestra;
seguro, que todo fue predestinado.
Seguro, que nada es por coincidencia,
por eso, siento que un ángel me ha tocado.