DESPUES DE LA MUERTE
“¿Este no se había muerto? Con la líea de la mirada bajo a espesa pelambre. Si pero me cansé de la muerte, uno se aburre tan solo, no hay nada que hacer, nada ás jugar con los gusanitos que le hurgan a uno y la soledad que hode más que la misma muerte”
ENRIQUE CHUEZ, Panameño
Al otro lado de la muerte
seríamos sanguijuelas
devorando el destino,
desafiando los siglos o el invierno.
En pos de herencias seculares
que los dioses de la tierra
conquistaron.
Al otro lado de la muerte
todo lo vivido sería prueba
y ante Dios nos juzgarían
por nuestros actos
En vano colocaríamos pararrayos
Ni valor tendría la conciencia
si el juez sopesara
las acciones
y al final tendría mas peso
lo que hicimos y jamás
nos juzgarían lo que hagamos.
Al otro lado de la muerte
veremos quizá con desdén
aquello que creímos inconquistable
Al otro lado de la muerte
pasarán sumisos los segundos,
lo bueno o malo de este mundo,
quedará como un deseo
quieto, callado y para entoces infranqueable.
Para qué pedir auxilio
cuando tarde se nos hizo
y al pie de la vida se deshiso
cielo, tierra y amor preciso,
solo queda cruz y piso
y allá a lo lejos el calvario.
Al otro lado de la muerte
arguyo mis requerimientos
cielo, tierra, amor
y manuscritos
poemas inconclusos
tirados en el piso
y el aciago dolor
que el destino quiso
La noche es tan larga
y solo estoy yo,
con un cuartilla en blanco
Sacando lustre a un escrito
lo que nunca dije
y me carcome el infinito.
Después de la muerte
sdoy tan solo la exatitud de mi sombra.
No se abren los días
y no me dejan en paz los celos
por eso busco donde sacar tus ecos,
Recordar tus ojos,
tus besos, tu risa
y mis amigos del barrio caminando sin prisa.
Despues de la muerte
nos tumbamos al viento
y nos apretaremos
en cada comida
hasta quedar en huesos
y auque revisemos mentalmente
nuestro presupuesto,
no tiene fondos nuestros pensamientos.
Despues de la muerte
las luces se fueron
no resucitan las calles,
ni los parientes,
ni los amigos..
solo quedó mi amor al pueblo,
mas mío que de otros
Despues de la muerte.
La mustia marcha de la estirpe
pasa anacrónica, marchita,
humedecida por el tiempo
que les caminó tantos años
Sin cumplir todo aquello que dijimos
sin cumplir
todos aquellos que dejaron.
El olor a la tierra mojada
de mi tumba
es la dulzura del preludio
de mi amor
ya terminado,
cálido, generoso,
futíl e inmortal
Ya sé que me espera
el viajero
con el remo quebrado, señal de catástrofe.
Feliz de atardeceres donde Mora.
Viene a pedirme cuentas
de mi vida
y no sé qué contestar cuando llegue el momento.
Solo afrontar mi destino
y cumplirlo con honra. I
JUSTO ALDU
Panameño
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